SEGUNDA REGIDORA O UNA REGIDORA DE SEGUNDA
Por: Gilberto Vallejo H.
Bien dicen que el poder marea o vuelve ciegos a quienes Dios quiere perder. Y así vemos amigos maestros que la incongruencia como arma política, el oportunismo como instrumento de control, los favores del poder como objetivo, la sumisión como proyecto y la ausencia de ética política como tarjeta de presentación es lo que identifica a la profesora, Blanca Maltos, ---al menos eso es lo que dicen los profesores--- actual regidora del cabildo de Torreón que preside Eduardo Olmos Castro.Los ciudadanos se preguntarán, quién es esta regidora? En el medio magisterial de todos es conocido que “blanquita” ---como le dicen todos los que quieren quedar bien con ella--- cristalizó su sueño acariciado con todas las fuerzas que el alma le dio y que era llegar a la presidencia municipal y con ello asegurar, ---ya es de cuatro años--- cobrar en la sagrada nómina, y si se puede, también en la SEP, faltaba más faltaba menos! sin importarle a quien pisó ni el costo que esto pudo originar. La voracidad política ---ya le gustó--- de la regidora de marras está a la vista. Pero todos, absolutamente todos en el “equipo” de la profesora-regidora, olvidan la parte central de la historia que le condujo al sitio en el que hoy se encuentra. No hay que olvidar que la señora Maltos llegó al “liderazgo” que ostenta gracias a la sumisión ante el poder en turno y en segundo lugar a la ingenuidad de los priistas que la candidatearon. Recuerden mis amigos lectores que la flamante regidora se presentó como una “panalista” firme y decidida a apoyar a todo el magisterio; a colaborar estrechamente en el trabajo sindical por el cual protestó en el Congreso Seccional. Pero, se entregó sin rubor alguno a intereses ajenos al proyecto de la maestra Elba Esther. Así pues, amigos lectores, la señora profesora y ahora regidora, alcanzó la posición que tiene no por su liderazgo personal, méritos propios o reconocimiento de sus compañeros, (a los que ahora repudia) sino gracias a como dijimos líneas arriba. Se impuso no por el talento o la brillantez de su inteligencia, sino por la hipocresía con la que actúa. Pero una vez investida como regidora electa, Blanca Maltos mostró el rostro que de sobra conocen todos los que han estado cerca de ella y con ese mismo rostro actuará los cuatro años que dura la gestión municipal, y si no, al tiempo. Y ahora el objetivo es que le apoyen para ser la próxima secretaria general de la Sección 35 del SNTE. Después de todo, desde el cabildo se puede trabajar con mejores posibilidades y con recursos para el proyecto real que es alcanzar la secretaría general y convertirse en la dirigente de los profesores. Pero la señora regidora y el grupo de achichincles que le acompañan a l@s que no quiero nombrar para no ensuciar el papel y además todos l@s conocen, olvidan detalles singulares. Por principio de cuentas, la multicitada regidora traicionó al PANAL, partido del SNTE, uniéndose al PRI, partido que expulsó a la maestra Elba Esther Gordillo, la incongruencia de la regidora resulta insultante. La ambición no puede ser ocultada, la voracidad es clara. Pero esto no termina aquí. Habrá que recordar las alianzas políticas de Blanca Maltos Mendoza, una de ellas destaca y es la cercanía que tiene con el profesor Marco Vinicio, miembro del CEN del SNTE, representante de Elba Esther Gordillo en la Laguna, la otra es con la ingenua clase política priista que se traga todo lo que dice la señora. Así, la flamante segunda regidora a quince días de que tomará posesión de su encargo y para hacer sentir su “influencia”, dicen los que saben, comenzó a filtrar información sobre los nombramientos en el equipo de Lalo Olmos, práctica muy utilizada por la señora en el medio magisterial. No importa una regiduría que se quiere vestir de democrática, sin serlo. No importa el malestar de los maestros que en toda la Laguna de Durango y de Coahuila sienten por ella y ha quedado de manifiesto en tan solo 20 meses al frente de la Secretaría de Conflictos Primarias y ahora la ciudadanía le tendrá que ver la cara y soportar sus aires de diva y si no, al tiempo. No importa el violentar acuerdos y formas. Lo que se quiere es el poder. Y nada más. La ética, la unidad y solidaridad que dice sustentar a los trabajadores de la educación, a los ciudadanos de Torreón y al presidente de Torreón es buena, pero sólo en los discursos. Esta es la primera parte, en las siguientes entregas les hablaremos de la tarea sindical-magisterial que ha hecho esta profesora, ahora convertida en regidora del cabildo torreonense.