MÁS GRACIAS DE LA SEGUNDA REGIDORA
Por: Gilberto Vallejo
Como recordarán mis amables lectores en la pasada entrega publicamos un artículo titulado “la segunda regidora o una regidora de segunda” aludiendo a la señora-profesora-regidora Blanca Maltos y a su meteórica carrera política. Pues bien, al parecer ella utiliza el cubículo de la presidencia que se le asignó para desempeñar la labor de regidora, como oficina para atender asuntos sindicales, ya que por ahí desfilan profesores que son atendidos por la regidora de marras, es inaudito, pero bueno, dicen que no tiene la culpa el indio… Obviamente está violando tanto el Código Municipal como los Estatutos de su sindicato. Con esta actitud de la profesora-regidora debemos entender que las leyes y estatutos son letra muerta para esta señora y que al parecer se pasa por el arco del triunfo leyes, estatutos, presidente y líder sindical. Con todo este rollo pudimos comprobar que el artículo causó escozor en la señora regidora, pues al más prepotente estilo del ex líder sindical de la 35 al que atinadamente le dicen el agonías y fiel a sus enseñanzas, la regidora de marras mandó a sus secuaces a retirar los ejemplares de Perfiles Laguneros para que no se enterarán de sus andanzas, tal vez la señora no sabe que la Libertad de Expresión está consagrada en nuestra Constitución. Vaya que si la soberbia tuviera nombre se llamaría Blanca Alicia Maltos Mendoza, que sigue empecinada en desempeñar a sus anchas su cartera de Conflictos Primarias en la Sección 35 y la segunda regiduría y en hacer sentir a propios y extraños que nada más su chicharrón truena, olvidándose del verdadero fin para la que fue elegida en el ayuntamiento que preside Lalo Olmos, que es atender a la ciudadanía. Cabe hacer notar que por órdenes del secretario de educación Víctor Zamora, les suspendieron el sueldo a todos los profesores que se integraron a los ayuntamientos; Blanca Maltos no fue la excepción y le suspendieron su sueldo de las dos plazas que ostenta y que son: E0121000000078 y E0281000026600, desagradable sorpresa se llevó la regidora al ver que no le llegó su sueldo y más cuando se supo que el alcalde rebajaría el sueldo de los funcionarios; aunque ella quería seguir como dicen en mi rancho: “mamando y dando topes”. En fin, de lo que se trata, ni más ni menos, es que la ciudadanía sepa, en forma oportuna y amplia, cómo trabajan sus representantes y qué es lo que están haciendo por ellos. El ejercicio irresponsable de la política municipal, derivado de la altivez y petulancia sin fundamento ni motivación de la segunda regidora, violando estatutos, preceptos jurídicos fundamentales y transgrediendo los principios rectores del órgano municipal, tal y como sucede, en el que a fuerzas está desempeñar dos empleos, sólo conlleva a un deterioro de la imagen y de la fortaleza de las instituciones que deben ser garantes del bienestar de los ciudadanos y de los profesores. Por ello, nuestro objetivo seguirá siendo el de informar con veracidad y oportunidad, para orientar a la opinión pública y para proporcionar la información que demanda la ciudadanía de los actores políticos del municipio. Lo que la gente cuenta en los pasillos de la presidencia es que: “A qué hora va a atender a los ciudadanos si el cubículo está siempre lleno de profes”. Amables lectores, lo reiteramos, la intención de esta columna es informarle a usted de los excesos en que está incurriendo la regidora.
Nada de lo aquí expuesto es producto de nuestra imaginación o de venganzas personales, son hechos consumados y que son del dominio público.
Ojala y al que le corresponda le pegue un jalón de orejas a la señora para que deje de hacer grilla barata y se ponga a trabajar coordinadamente con el gobierno y las autoridades municipales, porque si algo le debe de quedar claro a Blanca Maltos es que con esas posturas de diva perdona vidas, muy difícilmente va a ganar la confianza de los torreonenses ---aunque provenga de la Colonia “La Durangueña”, .---mucho menos de sus compañeros del cabildo. Hasta la próxima.