viernes, 13 de mayo de 2016

COLUMNA



Algo que vale la pena contar

Alberto Boardman
"El último baile de Charlot"
"Es la Nochebuena de 1971. Un hombre de ochenta y dos años enciende la luz de un cuarto. Sentada en un sillón junto a la ventana, envuelta en su manto, está la Muerte..."
Son las primeras líneas del actual libro que me estoy zampando, "El último baile de Charlot". La grabación del "Encuentro con la historia" número 73 de la serie, la dedicamos a Charles Chaplin. Y sin duda, amén del gran talento artístico del inolvidable actor, su propia vida resulta de sobremanera interesante. Así que cuando leí el título del libro, inmediatamente pensé en el personaje clásico de Chaplin: "Charlot". Ese famoso vagabundo refinado, caballero antagónico de pobreza elegante, ataviada con un picaresco sentido del humor. Y efectivamente no me equivoqué, porque precisamente la novela es una especie de diario, contado en primera persona por el mismísimo Chaplin, que busca dejar a su último y más pequeño hijo, las memorias que por su avanzada edad, quizá ya no podrá contarle de su propia voz. Es un libro que vale la pena leer, disfrutar y después reflexionar.  Charles Chaplin murió la madrugada de un día de Navidad, el 25 de Diciembre de 1977 a los 88 años. Sin embargo, la propuesta de la novela que referimos, imagina un primer acercamiento de Chaplin con la Muerte seis años atrás, cuando el hijo de Charles, de nombre Christopher, contaba apenas con 9 años. La Muerte llega entonces advirtiendo a Chaplin que es tiempo de que le acompañe, pero el famoso actor se las ingenia para hacer un trato: si logra hacerla reír, la Muerte le concederá un año más de vida, y cada año repetirá la prueba consecutivamente. Con esta fórmula, Chaplin logra entonces seis años más de existencia, tiempo que aprovecha para escribir sus memorias como legado a su descendiente. El recurso literario medular es típicamente familiar, "Fausto" de Goethe, "Macario" de Bruno Traven, sin embargo la narración del autor siciliano, Fabio Stassi, es amena, ligera y expresiva, pero sobre todo reflexiva. Desde mi muy personal opinión, como todo buen libro me ha provocado algo: un sabor de lectura a dejo de introspectiva. Famosos y desconocidos tenemos una certeza, la de morir cualquier día. Finalmente no existe acuerdo que valga contra esa determinación fatídica. Pero mientras tanto, ¿Qué hemos dejado de contar, que valga la pena legar? y prácticamente ¡gratis! sin necesidad de algún pacto, salvo quizá... más que con nosotros mismos. Somos lo que hemos leído y esta es, palabra de lector. radioelitesaltillo@hotmail.com