domingo, 31 de octubre de 2010

DÍA DE MUERTOS EN 2010
Profr. Evaristo Velasco Álvarez

Uno de los temores más adentrados en el ánimo de cualquier persona, de todos los tiempos, de cualquier parte del mundo, sin duda es LA MUERTE. Y aquí me propongo develar la verdad, cruel y descarnada, verdad que puede considerarse como un hecho sin discusión y algo que de seguro será aceptado por todos: ¡De que te mueres, te mueres! Tal vez hoy o tal vez mañana, pero de seguro que te mueres.
La muerte es tan real, tan diaria, tan cotidiana, tan actual, tan segura, tan insalvable y tan… miles de calificativos más. Es un hecho que tendrá que llegar, tarde o temprano, a todas las casas del mundo y a llevarse las vidas de todos los vivos; porque se mueren sólo los que están vivos.
Alguien me dijo un día que, de seguro el lugar a donde nos lleve la muerte, debe ser algo muy hermoso, porque hasta la fecha nadie se ha regresado a vivir; y que después de la muerte nos espera una vida eterna en la felicidad, según la promesa que establece la iglesia católica, la iglesia mormona, la bautista, la evangelista, la protestante, ¡UUFF! Sin embargo, no es fácil aceptar con resignación o con amor el abrazarse a la muerte. De seguro que el temor a lo desconocido nos lleva a sufrir porque vamos a morir; y nos preocupamos tanto por la muerte, que nos olvidamos de vivir a plenitud, de gozar de las maravillas que a diario nos presenta la naturaleza.
Se han escrito poemas, canciones, óperas, etc., de alta calidad y de una profundidad total en honor a la muerte, o en donde la muerte es uno de los principales personajes, como el poema de Santa Teresa que nos dice: “Vivo sin vivir en mí, y tan alta dicha espero, que muero porque no muero”. O canciones donde el clásico mexicano se burla de la muerte, en un acto bravucón, como: “En qué quedamos pelona, me llevas o no me llevas”.
Mozart, por ejemplo, escribió la ópera “Don Giovanni”, en donde la muerte juega un papel principalísimo. Y sin embargo, se considera una de las mejores obras de arte de este gran músico austriaco. En el devenir dialéctico de la vida, todo lo que empieza termina, todo lo que nace muere, todo lo que inicia acaba.
Y en el marco de este Bicentenario del inicio de la lucha independentista; del Sesquicentenario de la promulgación de las Leyes de Reforma; y el Centenario del inicio de la Revolución Mexicana, me pregunto si seremos tan afortunados en ver el final de tales inicios… Es decir: ¿Cuándo seremos verdaderamente libres? ¿Cuándo lograremos separar verdaderamente los asuntos de la administración pública y los asuntos eclesiásticos? ¿Cuándo veremos el final del movimiento revolucionario? ¿Es decir, en ese sentido de que todo lo que empieza termina, debemos entender que estos movimientos ya terminaron? O… ¿En dónde están? ¿En qué parte del progreso natural de su desenvolvimiento se encuentran?
¿Podemos aspirar a ser los afortunados que les veamos el fin a estos hechos? Porque no es tan difícil entender que los criollos y los extranjeros siguen gobernando en nuestra patria; se han especializado en el arte de la simulación y cuesta a veces trabajo identificarlos. Y sería muy importante hacer la reflexión en nuestro entorno, para colocarnos en el lugar que nos corresponde, conforme a lo que establece el libro de libros: “POR SUS OBRAS LOS CONOCERÉIS”.
Por lo pronto, amable lector, te recomiendo que hagas el esfuerzo por ser el mejor hombre de tu hogar, el mejor trabajador de tu empleo, el mejor padre para tus hijos, el mejor hermano en tu familia, el hombre más pródigo y bueno en tu derredor, el mejor de tus hermanos haciendo que tu padre se sienta orgulloso de ti, el mejor en el terreno profesional, en donde tus colegas se sientan honrados con tu presencia y participación.
Igualmente, conviértete en el mejor amigo de la muerte, como tu aliada natural. Porque debe ser toda una hermosa seguridad el saber que nada es para siempre y que siempre vendrán tiempos mejores. La vida se sostiene en un ciclo interminable de vida y muerte, de nacimientos y fallecimientos, de inicios y terminaciones. Cuando llegue el momento de tu partida, ojalá que el pueblo y tus amigos y vecinos lloren tu muerte y anhelen que estés con ellos, y cuenten tus anécdotas como ejemplos a seguir y te lleven en sus corazones. Si así sucede, de seguro que estarás haciendo tu parte para que ¡Viva México!
velasco_alvarez@yahoo.com

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