Algo que vale la pena contar
Alberto Boardman
"Lo
que ha de ser.... que sea", se escuchaba decir a Victoriano Huerta al
contemplar a más de 20 mil trabajadores que desfilaban aquella mañana del 1 de
mayo de 1913. Los obreros organizados de
nuestro país, se manifestaban exigiendo el derecho a una jornada laboral de 8
horas y un día de descanso semanal. Para la prensa internacional, aquella
demostración de fuerza superó la marcha que por los mismos motivos se había
realizado paralelamente en Londres.
Ya desde hacía algunos años, un 1 de mayo
pero de 1886 en los Estados Unidos había comenzado la lucha por los derechos laborales.
Huelgas y confrontaciones habían generado desestabilización y el sacrificio de
los llamados “Mártires de Chicago” (Engel, Fischer, Parsons y Spies), que
terminaron sentenciados a la horca por empuñar las banderas del derecho
laboral. En consideración a estos hechos,
el 1 de mayo de 1889 se declaró de manera internacional el “Día del trabajo”.
Curiosamente los Estados Unidos en un afán por desvincular los hechos trágicos ocurridos,
optaron por mover la celebración de este día trasladándolo al primer lunes del
mes de septiembre. Pero en México, ese 1 de mayo de 1913, la “Casa del Obrero
mundial” fue el punto de partida de una de las manifestaciones más numerosas y
exitosas que recuerda la historia mexicana. A las once de la mañana partieron
rumbo al centro de la ciudad con las pancartas “¡Exigimos jornada diaria de ocho horas!” “¡Descanso dominical!” “Ni odio de razas, ni
división de credos, para el trabajador no hay más patria que el mundo, ni más
religión que la justicia social!” Antonio Díaz Soto y Gama, Epigmenio
Ocampo y Jacinto Huitrón, entre otros, animaron la protesta con sendos
discursos en el Hemiciclo a Juárez. José Colado hizo entrega de un pliego
petitorio a una comisión de diputados representada por don Heriberto Jara. A las banderas rojas, por idea de Jacinto
Huitrón, se les añadió una mitad negra en señal de luto por los mártires de
Chicago, siendo que esta iniciativa por entero mexicana, fue replicándose con
el paso del tiempo hasta llegar a transformarse en el símbolo de huelga y
defensa laboral prácticamente a nivel mundial. Lo que ha de ser, que sea… y así
fue. Somos lo que hemos leído y esta es, palabra de lector.
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