lunes, 1 de septiembre de 2014

Columna



En  el tren de la ausencia
                              
fidencio treviño maldonado

 --En el tren de la ausencia  me voy, mi boleto no tiene regreso—Canción popular.
     
La juventud  es tal vez el mayor significado de la persona que llega a la edad adulta o adulto mayor  como ahora se le endosa a cada edad de las personas, incluyendo los de la tercera o ultima edad.   Tal vez  la inocencia sea  la niñez, el despertar de las inquietudes y el despertar de la fiera sea la adolescencia, la juventud es la fuerza que entre otras cosas encierra la inquietud de los hombres y mujeres, la juventud que  sólo la espada y los años la pueden vencer. Esta se va y la fuerza mengua, la piel o el cuero se arruga, y mientras en algunos (hombres) el cabello de la cabeza desaparece, en otros su color es blanco, muestras estas dos marcas de edad inconfundible, que no hay aun poder humano o celestial que pueda parar, es decir Dios perdona, pero el tiempo no. No hay maquillaje capaz de tapar, simular o engañar a la juventud, es como la muerte, da ventajas pero no garantías, es decir no tiene palabra. ¿Dónde estás Juventud?  Se han preguntado miles de poetas y compositores—Juventud que te vas y que tristeza me da al ver mi soledad—escribió el gran Ernesto Lecuona.  Son los tiempos que  se miden como los minutos, horas, días y años idos, los que nunca regresan, los años dorados de esplendor y de gloria son pasajeros, se van  con  la ausencia de la fuerza y estos no son perennes ; no retoñan. Son el pájaro gris (canción ranchera) que en una rama seca hace su nido,  remembranzas de lo que fue y que no será y que muere en una cruz llamada adulto o vejez. Algo que se va  como el agua del los ríos, como el viento que no tiene barreras,  por más trampas que el hombre invente  pastillas, inyecciones, implantes, máquinas, magias y otros polvos, la era inexorable de la juventud se aleja y es una despedida de espalda con espalda, de esas en donde no hay retorno, un camino sin terminales, estaciones, ni paradas, sólo el recuerdo si se es pobre, o guardar en la memoria si son o fueron tiempos buenos. Mirar fotografías de nuestra juventud,  son espejos opacos por la  nostalgia, son mentiras piadosas que la tecnología nos brinda y en ella se evocan tiempos perdidos y jamás adquiridos que nunca fueron nuestros, sólo un agradable préstamo de la vida. La vida puede ser una mazorca en donde los granos son propiedad del tiempo y son los granos  más fuertes los que al último quedan  aferrados a ese olote, pero que tarde  que temprano tienen que desprenderse, para ser fértiles o morir en el intento y llevar consigo lo que fue y ya no se es.  Mujeres y hombres en el afanoso y mercantil mundo de falsas esperanzas y añejas promesas, de la oferta y demanda para los que siempre han querido ser jóvenes antes de tiempo, la llamada juventud apresurada y después estos mismos hombres y mujeres no quieren dejar de vivir en esa edad, se aferran a un viaje sin retorno, siguen en su infatigable persecución en  busca del elixir, la fuente de la eterna juventud, el orgullo mal entendido y la miserable tristeza, aunada al ridículo de usar una máscara horrible de querer ser lo que ni siquiera es un bosquejo de la juventud, mascaras artificiales con productos artesanales propios de comedias de Petrarca o las risas de sarcasmo y tristeza arrancadas por el gran payaso Garrick. La juventud apaga su lámpara y quien sabe vivir enciende la luz de la madurez, cambia, pasa, salta o brinca a otra edad en plenitud de sus facultades  propias a su edad, el tren y su máquina seguirá funcionando, los que no quieren dejar de ser jóvenes seguirán sumidos en el túnel del tiempo y aceptando el sofisma de que;  el cuerpo envejece, pero el corazón sigue siendo joven. Es la Juventud la que se va en el tren de la ausencia, la que viaja sin frenos, altivo, pitando, pasando muchos túneles, puentes, curvas, subidas y bajadas, tren con descarriladas, altivo, sin boleto de regreso, aunque  el costo del viaje sea gratis y a la vez es engañoso,  ya que también tiene su cargo y costo en la vida.  Sugerencias y Comentarios; kinotre@hotmail.com       

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