El Procurador Murillo Karam y la presidencia de la república echan mano
del arzobispo Antonio Chedrawe y del obispo Onésimo Cepeda, para que se olvide
lo de los 43 desaparecidos. Augusto Hugo Peña D.
No por ser libaneses cuentan
gratuitamente con un PLUS para decir y hacer tonterías; se necesita ser necio y
torpe para hacerlo. Eso me parecen las declaraciones tanto del procurador de
justicia de la nación, Jesús Murillo Karam, de origen libanés por todos los
costados, como del arzobispo de la iglesia ortodoxa en México, Antonio
Chedrawe, quien en una declaración pide a los padres de los desaparecidos que
ya no hagan manifestaciones y que dejen a las autoridades hacer su trabajo.
Lo falsario de Antonio Chedrawe
lo podemos sopesar en su discurso de cumpleaños número 83, en el que indicó:
“Nosotros lo sentimos mucho y nos duele hasta el corazón, pero con vandalismo o
cerrando caminos no los vamos a recuperar” refiriéndose a los 43 normalistas
desaparecidos de Ayotzinapa. Aquí claramente vemos que al arzobispo Chedrawe le
importa un pito el asunto de los 43 desaparecidos, secuestrados, asesinados e
incinerados, a él solo le importa ser el centro del universo, como cada
cumpleaños él siente serlo y merecerlo, y de paso echarle una mano a Jesús
Murillo Karam, un procurador imbécil que “ya se cansó” de buscar desparecidos..
En su 83 aniversario veo un arzobispo
Chedrawe al final de su camino, al filo del deterioro social al que se
acostumbró. En otros años, presidentes de la república y ex presidentes acudían
a la misa y comida de sus cumpleaños. Hoy las máximas figuras que asistieron
fueron el cardenal Rivera Carrera, el Obispo Onésimo Cepeda, Alfredo del Mazo,
pariente de Peña Nieto y Pedro Joaquín Coldwell, un libanés comprometido con
Chedrawe por probables múltiples razones. También hubo otras voces favorables
al gobierno; Onésimo Cepeda dijo: “Hay que tener confianza en el gobierno y
esperar el resultado de las investigaciones”… “Si ya desaparecieron, ya
desaparecieron…” “Si los quieren vivos no los van a encontrar porque ya no
están vivos, mejor pedir por ellos y no armar luchas violentas. Las investigaciones
no están cerradas pero no los van a encontrar vivos.”
El Arzobispo Chedrawe y el Obispo
Onésimo Cepeda saben que no están vivos los 43 normalistas de Ayotzinapa y por
ello opinan que es mejor que los padres de los desaparecidos ya no hagan alboroto
porque ello pudiese ser perjudicial para el buen funcionamiento de este
gobierno, y además –no lo dicen pero por sus actos lo insinúan- porque se ve
feo que “algunos pobretones” como lo son los padres de los 43 desaparecidos, se
anden exhibiendo y haciendo desfiguros y alborotos, cuando es un hecho que no
van a encontrar con vida a sus hijos. Debían haber exigido lo que los padres al
gobierno.
Es lamentable y reprobable que
altos jerarcas de la iglesia católica y la ortodoxa en México, actúen de
cómplices de un sistema represivo como el actual en México. Su papel es el
religioso y no el político, pero desgraciadamente en México, los religiosos de
ambas iglesias, solo viven para acumular influencias y riquezas materiales.
Dios y lo divino son simplemente vehículos para el logro de bienes terrenales,
y los pobres, los de abajo, los del pueblo, ¡que se vayan al carajo!
Jesús Murillo Karam por su amplia
ineptitud mostrada en este asunto de los 43 de Ayotzinapa y en el de los 22
fusilados en Tlatlaya, ya debería hace tiempo ser reprendido y despedido por
Peña Nieto. Motivos sobran y son obvios, pero es tan terco este gobierno en el
que Peña Nieto al parecer no gobierna, que están echando mano de todo para
apaciguar las aguas que se han desbordado por los casos mencionados. Ahora
Jesús Murillo Karam le pide a Antonio Chedrawe, a Onésimo Cepeda, a Pedro
Joaquín Coldwell, titular de la SENER y a Benito Nacif, consejero del INE, que
le den la mano, que no lo abandonen a su suerte, y lo grave y lamentable no es
que se los pida sino que lo ayuden, después de sus abusivos desatinos, ineptitudes
y desvergüenzas. O, ¿usted qué opina, apreciable lector?
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