viernes, 12 de diciembre de 2014

COLUMNA



Algo que vale la pena contar



  Alberto Boardman
 El año pasado en esta misma columna, abordamos algunos aspectos históricos y muy de pasada algunos científicos, en relación a los hallazgos inexplicables relacionados con el lienzo en el que se encuentra plasmada la imagen de la Virgen de Guadalupe. Hoy ahondaremos específicamente sobre los descubrimientos científicos, que año con año legitiman de manera probada la fe que muchos millones de mexicanos profesamos. 


El manto donde se encuentra plasmada la imagen de la Virgen de Guadalupe está hecho de ayate, una fibra vegetal de las 175 especies del agave. El manto actual mide 1.70 metros de largo por 1.05 metros de ancho. De manera natural el tejido común del ayate suele deteriorarse hasta desmoronarse por completo pasados apenas unos 20 años de vida. Sin embargo y a pesar de que durante los primeros cien años, la imagen estuvo expuesta directamente a los fieles, la humedad del ambiente, polvo, moscas e insectos, humo de centenares de velas, contacto de los dedos, estampas, rosarios, muletas, bastones y escapularios, pensaríamos que existiría razón de sobra para considerar que el lienzo estuviera enormemente deteriorado, pero a 483 años de existencia no es así. En el tejido ni siquiera aparecen microbios que intenten destruirlo y nunca ha creado hongos. A principios del mes de mayo de 1979, los científicos norteamericanos Philip Serna Callahan y Jody Brant Smith, iniciaron un trabajo de investigación basado en una gran cantidad de fotografías realizadas de manera profesional al manto sin la protección del cristal. Organizando un equipo de trabajo con varios especialistas, tardaron dos años en el análisis y estudio de aquellas tomas y en 1981 dieron a conocer sus conclusiones que entregaron al Arzobispo Cardenal de México. 


 Entre los datos relevantes del informe destacan: El manto azul de la Virgen es tan brillante que parece haber sido pintado tan sólo algunos unos días antes. En cuanto a la túnica o vestido de la Virgen, resalta la extraordinaria luminosidad que refleja en alto grado la radiación visible y sin embargo, es transparente a los rayos infrarrojos. La cabeza de la Virgen es una de las grandes obras maestras de expresión artística facial por la finura de su forma, la sencillez de la ejecución y el hecho de no denotar pincelada alguna. En este mismo sentido, ya durante 1936, el doctor Richard Khun, premio Nobel de química en 1938, había tenido acceso al estudio de dos fibras del manto de la Virgen, una de color rojo y otra de color amarillo. El resultado de sus investigaciones descubrió que en ambas fibras no había rastro de pigmentos vegetales, animales o minerales. Como si se asegurara que esos colorantes de la parte original de la imagen de la Virgen son de tipo sobrenatural o al menos, desconocidos por el hombre. Otro dato verdaderamente sorprendente sucede en los ojos de la imagen. Unos veinte oftalmólogos mexicanos la han examinado y todos declaran unánimemente que los ojos de la Virgen se comportan como los ojos de una persona viva. ¿Por qué? Bueno, al proyectar la luz de un oftalmoscopio sobre el ojo, el iris brilla más que el resto, no así la pupila, lo que da una sensación de profundidad pareciendo que el iris fuera a contraerse de un momento a otro. 
Por otro lado, el oftalmólogo doctor Rafael Torija Lavoignet, fue el primero en descubrir en los ojos de la Virgen el efecto Purkinje-Samson, que tiene la característica peculiar de suceder sólo en personas vivas o en fotografías, pero nunca jamás en pinturas. Para entenderlo déjeme decirle que Purkinje y Samson fueron dos investigadores del siglo XIX, que descubrieron que dentro del ojo humano se forman tres imágenes del objeto que uno está viendo. Bien, pues resulta que en los ojos de la Virgen de Guadalupe se encuentra un conjunto de imágenes, concretamente de personas captadas exactamente de acuerdo con las leyes que descubrieron dichos investigadores y que eran desconocidas por supuesto en aquel siglo XVI de donde data la imagen. Pero lo más maravilloso fue lo descubierto por el doctor peruano José Aste Tönsmann en 1979, quien aumentando 2.500 veces los ojos de la imagen pudo encontrar hasta 13 personas grabadas en aquellos ojos, entre ellas, quien se cree era el propio obispo al momento de la revelación. Y todavía, aumentando mil veces más los ojos de aquel obispo, aparece claramente Juan Diego en el acto de mostrar su tilma. ¿Quién podría haber pintado en una miniatura en los 7 a 8 mm de espacio de los ojos de la imagen tantas personas que no pueden apreciarse a simple vista y que sólo pudieron descubrirse apenas en el siglo XX? En 1921, un obrero de nombre Luciano Pérez colocó una ofrenda formada por un ramo de flores en el altar mayor de la basílica de Guadalupe ante la imagen. Luciano salió tranquilamente y a los pocos minutos estalló una bomba de dinamita que se encontraba oculta entre las flores. Con la explosión, se demolieron las gradas de mármol del altar mayor, se destruyeron los candeleros, todos los floreros, los vidrios de las casas cercanas a la basílica, un Cristo de latón que se dobló y que todavía se conserva, pero el cristal de la imagen ni si quiera sufrió un rasguño, siendo que por cierto en aquel entonces aún no era blindado.


El atentado fue a las 10:30 de la mañana del día 14 de noviembre de 1921. Hay una diferencia inexplicable entre la temperatura del ayate la cual oscila entre los 36 y 37 grados, curiosamente la misma temperatura corporal de los seres humanos, con la temperatura de la placa metálica que siempre se encuentra a 15 grados. Recientemente en 1991, el oftalmólogo doctor Escalante, al hacer un video para una productora de televisión y estudiando directamente los ojos de la imagen de la Virgen, distinguió algo tan fino como la red venosa normal de todo ojo, presente en forma microscópica en los parpados y en la córnea de la imagen. Es como si esos ojos de la Virgen de Guadalupe nos dijeran que están vivos para mirarnos a todos con amor y cuidarnos como una madre. De los presentes hechos científicos, dejamos entonces que quede en su creencia y pensamiento aquello que más fielmente le dicte su corazón. Somos lo que hemos leído y esta es, palabra de lector.
Contacto: radioelitesaltillo@hotmail.com

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