lunes, 18 de agosto de 2014

COLUMNA



 Emilio Chuayffet y otros libaneses


Augusto Hugo Peña D.

Sobre Emilio Chuayffet y otros libaneses. Bien lo dijo López Mateos: “El hijo de libanés que no le es leal a la patria de sus padres nos da el derecho de dudar de su lealtad hacia México, porque quien traiciona sus raíces y orígenes le es fácil traicionar a cualquier nacionalidad o credo.” Emilio ChuayffetChemor es el actual secretario de educación en el gobierno de Peña Nieto; ha sido diputado, senador, gobernador del estado de México y ha ocupado un sinnúmero de puestos públicos y de su partido el PRI, ¿Cómo –me pregunto- un tipo harto en incapacidades ha escalado a tan altos puestos es nuestro gobierno? 

La clave, raíz y respuesta a este cuestionamiento, está en sus orígenes, me explico: Chuayffet es hijo de un matrimonio de libaneses, de gente trabajadora y sobre todo, poseedora de una tradición ancestral, tribal diría yo, que se finca en la teoría de que los hijos deben superar a los padres; superarlos en bonhomía, preparación y en todas sus capacidades pero sin olvidar sus rasgos característicos que son el fortalecer –a cualquier precio- el núcleo familiar, característica que considero es lo más valioso y destacable de los libaneses, razón por la que en cualquier país y bajo cualquier régimen, condición sociopolítica y económica, han sobresalido del promedio de los habitantes del país en donde vivan.
El que Emilio Chuayffet se haya desviado del camino trazado por las tradiciones familiares, se entiende con claridad: él como muchos hijos de libaneses, al conocer a sus compañeros de universidad, vástagos de políticos y funcionarios públicos mexicanos, se percataron que estos –los vástagos y sus familias- vivían como potentados sin hacer un gran esfuerzo; derrochaban recursos pecuniarios escandalosamente y ello-principalmente esto- hizo que Chuayffet y decenas de hijos de libaneses, optaran por entrar al negocio de la cosa pública -a la política y administración pública- y así, renunciando a sus tradiciones de hombres de trabajo, honestidad y empresa, se dedicaron a lo que en México se conoce como la política, sin serlo realmente. Así como los camaleones se mimetizan en el medio ambiente, los libaneses tienen ese plus, el de poder convivir amablemente en cualquier medio, con cualquier gente y a cualquier nivel social, también obtienen la fortaleza monolíticadel núcleo de su familia, eso los convierte en personas que destacan por arriba de la media estadística, ¿pero qué sucede cuando este tipo de personas invaden el ámbito de la política?... ¿pierden acaso sus principales características? No, las afinan, las encaminan a la acumulación de capital pecuniario y de poder, pero pierden su bonhomía porque entraron a un ámbito en donde los principios y escrúpulos estorban; arribaron a un medio en donde las malas costumbres como el robo, el engaño, la mentira y las promesas incumplibles, son los pilares en donde se sustentan la política, los políticos y los funcionario públicos, y entonces, para aparentar decencia y sapiencia, se vuelven entes cínicos y pierden todo rasgo de vergüenza. Eso sucedió con Emilio Chuayffet y con otros libaneses de origen como Mercedes Juan López, Juan Antonio MeadeKuri.Breña, Pedro JoaquinColdwell y Jesús Murillo Karam, por mencionar a algunos dentro de las muchas decenas como ellos que viven de la cosa pública. Puse de ejemplo a Emilio Chuayffet porque en agosto 18 entraron a la escuela 26 millones de alumnos de preescolar, primaria y secundaria en el país, y más de 6 millones –el 25%- lo hicieron a escuelas sin paredes ni techos, con pisos de tierra y techos de láminas de cartón; a casa y edificios improvisados, a camiones, vagones de trenes y carpas de circo improvisadas como aulas escolares. El Censo de Escuelas, Maestros y Alumnos de Educación Básica y Especial (CEMABE) señaló que miles de niños y adolescentes regresarán a planteles educativos con pisos de tierra, sin luz ni agua. Que 6,489 escuelas carecen de agua; que 15, 415 escuelas tienen que acarrear el agua hacia el plantel; que 18,581 planteles funcionan sin electricidad; que 20,447 no tienen baños y que 82,651 no tienen drenaje. ¿Y que hace al respecto Chuayffet? Nada, porque su incapacidad rebasó sus capacidades y el único plus que le queda es el del discurso demagógico y una retórica escandalosa, vacía y cínica, convirtiéndolo en un fardo que tiene que llevar a cuestas Peña Nieto, y en una carga onerosa para todo el país. ¡AH!... pero que no nos quepa la menor duda, él en lo particular se está enriqueciendo hasta el infinito y más allá, convirtiéndose en el BosLastYear del gabinete. O, ¿usted qué opina, apreciable lector?

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