Quien preside el PRI es un perico que repite lo que Carlos Salinas y
pandilla, dicen, y pregonan
Augusto Hugo Peña D.
*Su estulticia e imbecilidad remarcan
una línea entre lo que es un gobierno patriota y una satrapía traidora.
César Camacho Quiroz, presidente
del PRI ha dicho: “Que los senadores que firmen la reforma energética serán
catalogados como patriotas”. Nunca ninguna declaración de político alguno me ha
parecido peor de atroz y estúpida,
porque los senadores y diputados junto al presidente Peña Nieto, al firmar la
reforma energética, pasan en automático como traidores a la patria, sólo por
esa condición de entreguistas del mayor sector estratégico, como lo es el
energético, a los ricos mexicanos y a las empresas estadounidenses, la historia
los tendrán señalados con el tilde de traidores, de viles traidores a la
patria. De ahí sostengo que las declaraciones de Camacho Quiroz, en el sentido
de que serán patriotas, son de una vileza y estupidez tal que no dejan ni un resquicio
de duda de que son traidores a la patria e imbéciles.
Mientras el presidente del PRI
pronunciaba esa idiotez con toda la mala leche, en el senado, al mismo tiempo,
la senadora Lydia Sansores, molesta –como todo mexicano bien nacido debería
estar, por esta vil traición a México y a los mexicanos, decía en medio de su
discurso: “¿Por qué no privatizan mejor a la puta madre que los parió?” Esta pronunciación
suena muy grosera y áspera, pero es lo menos que merecen quienes a cambio de
mantenerse a cubierta con el presupuesto, actúan como esos hijos que por un
carrujo de marihuana venden a su propia madre. En política hay que actuar en
consecuencia con la realidad, pero en economía es muy distinto; pongo un
ejemplo que por ahí leí hace tiempo; el ejemplo que un maestro de posgrado en
economía de la UNAM, el Doctor Alfredo Jalife Rahme, les planteó a sus alumnos:
“¿Que harían ustedes si fuesen los encargados de la venta del petróleo crudo
extraído por PEMEX en este caso?: EEUU nos compra a razón de 100 dólares el
barril de crudo, y China quiere comprárnoslo a 120 dólares, ¿a quién se lo
venderían?”... por supuesto que todos opinaron que a China, la respuesta del
maestro Jalife Rahme fue lo contrario, dijo que a EEUU. ¿Por qué? Cuestionaron
sus alumnos… Porque si no se lo vendemos a EEUU lo menos que nos sucedería es
que nos apliquen un embargo económico como el que le aplican a Cuba e Irán, y
nuestra economía se iría al caño a más bajo nivel del que ya se encuentra. En un caso extremo nos invadirían
militarmente, ya lo han hecho tres veces. Esto no es justo ni correcto,
replicaron sus alumnos. En efecto, no es correcto, justo e inteligente en
apariencia, pero esa es la realidad política, México está comprometido con EEUU
desde el mismo día que nos robaron Texas, ahí contrajimos una deuda
“Condicionada” la que día a día ha crecido de manera exponencial, y este
empréstito –en algunos apartados del contrato del crédito- nos compromete a
tantas cosas, que los ciudadanos ni idea tenemos del grado de servidumbre que
nos une a los gringos, gracias a los tratados secretos firmados por los vende patrias,
como los que actualmente están sacando la reforma energética, en la que Peña
Nieto sólo es un monigote que saca la cara.
Los que lo mueven cual marioneta
son: Salinas de Gortari, Carlos Hank Rohn, Claudio X. González, Alberto
Bailleres –el de PEÑOLES-, Germán Larrea Mota Velazco –el de las minas Pasta de
Conchos en Coahuila y Cananea en Sonora, y una veintena, no más, de sátrapas
multimillonarios y las trasnacionales que estos pillos representan en México.
Entonces, nuestra economía como la soberanía nacional y el bienestar de los
mexicanos, depende directamente de la política, la que por cierto está manejada
por una caterva de inútiles, ineptos y sinvergüenzas sin honor, los que amén de
ello, ignoran qué es patria. O, ¿usted qué opina apreciable lector?
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