El domingo 20 de mayo de 1938 el pueblo aplaude al presidente
Augusto Hugo Peña D.
Del 18 de Marzo de
1938 al 12 de diciembre del 2013, México fue retornando al redil de EEUU
Los mexicanos, el 20 de mayo de
1938, aplaudieron unánimemente al presidente Cárdenas por haber expropiado a
las compañías petroleras extranjeras el derecho a expoliar nuestros recursos
energéticos, motivado porque dichas empresas se negaron a pagar, lo que en
justicia les pertenecía a sus trabajadores: la suma de 26 millones de pesos,
por indemnizaciones, cifra contemplada en nuestra Carta Magna y en las leyes
relativas al trabajo. Hoy, 75 años después, ese mismo pueblo repudia al
presidente Peña Nieto, a los senadores y diputados federales, a los
gobernadores de los estados cuyos congresos locales avalaron la entrega de
nuestros recursos a empresas extranjeras. EEUU necesitó 75 años para revertir
la justa expropiación, gracias a que fue modelando a nuestros gobiernos hasta
convertirlos en sus sirvientes, veladores de sus intereses, y en entes agachados
y obedientes de los designios de Washington.
¡Qué tiempos aquellos!, diría mi
abuelo, en que los gobernantes eran ciudadanos patriotas. ¡Qué tiempos estos!
Lo dice la mayoría de los mexicanos, en los que nuestros gobernantes son unos
pillastres, ineptos y carentes de todo patriotismo. Pero así son las cosas,
tenemos que ajustarnos a las circunstancias hasta que existan las condiciones
propicias de sacudirnos a esta caterva de maleantes que nos ha tocado, por
desgracia, soportar como gobierno. Muchos analistas lo han venido diciendo
desde hace 30 años en que nuestros gobernantes nos fueron impuestos por el
consenso de Bretton Woods mediante el Banco Mundial y Fondo Monetario Internacional,
dos entidades financieras que fueron inventadas por EEUU para apropiarse de los
recursos y las voluntades de los pueblos. Miguel de la Madrid y Carlos Salinas
fueron los primeros gobernantes que este consenso puso al frente de nuestro
país, y así nos ha ido, de mal en peor.
Los cuatro pilares básicos de la
política se fueron deteriorando; el bienestar social, la educación, la salud y
la alimentación; hoy podemos ver que en México el 60% de sus habitantes son
pobres y la mitad de ellos vive en la extrema pobreza y 17 millones de
habitantes padecen hambre. Han perdido las esperanzas de desarrollarse y
progresar: sienten, porque sus circunstancias los obligan a ello, que sus
familias están condenadas a vivir en la precariedad, ¿y todo por qué?... por los
malditos gobiernos que se han impuesto a base de triquiñuelas con tal de
preservar un poder que creen tener, pero por menos de eso, cientos de
gobernantes en el mundo, entre ellos Luis XVI de Francia, perdieron la cabeza.
Ese es el futuro de las clases gobernantes si no enderezan el rumbo del país,
no lo digo yo, es la historia la que nos lo muestra, si no, al tiempo.
Apostarle al tiempo es lo único
que nos queda como esperanza y consuelo, pero para ello hay que meternos en la
cabeza que nuestro peor enemigo es y ha sido nuestro gobierno, particularmente
los últimos seis presidentes, y la runfla y caterva de secretarios y servidores
públicos.
¿Para qué cree usted, apreciable
lector, que Felipe Calderón inventó su guerra contra la delincuencia organizada,
si no fue para militarizar al país? Así, con soldados y policías amedrentando
en las calles al pueblo, se estableció el miedo como el camino necesario para privatizar nuestros
recursos y entregarlos a la oligarquía y a las empresas trasnacionales; ese era
el quid de toda esta guerra que ya
bañó de sangre nuestras calles y enlutó a más de 100 mil familias de mexicanos.
Ese alto precio le pusieron al pueblo para vender la patria, y ese alto precio, algún día
tendrán que pagarlo, así es la historia, no hay vuelta. O ¿usted, qué opina al
respecto?
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