Y ¿DONDE ESTÁ LA DIFERENCIA?
Profr. Evaristo Velasco Álvarez

Hombres y mujeres, de esto está conformada la sociedad de todos los países, y la nuestra, la mexicana, desde luego que no es la excepción. Pero entonces… ¿Qué hace distintos los pueblos? ¿Cómo nos diferenciamos los habitantes de tantos y tantos lugares y poblaciones en el mundo entero? ¿Qué nos hace saber que somos mexicanos o rusos, además del color de la piel y el idioma?
Interesante pregunta y más aún las posibles respuestas. Podemos comenzar por decir que los mexicanos somos muy buenos para celebrar. Todo entre nosotros es motivo para festejar: que el deporte, que las fiestas patrias, que un cumpleaños, que el logro de alguien, o qué se yo. Y son fiestas que pueden perfectamente significarse; por ejemplo la celebración de una boda al estilo sureño, con boda, tornaboda, lavado de olla y despedida; toda una semana de fiesta, de comida, de brindis, de jolgorio.
También nos distinguimos en el mundo entero como muy creativos. No encontramos dificultad para echar a andar ningún aparato. Con unas pinzas y un alambrito somos capaces de hacer lo que los técnicos más sofisticados no podrían.
Y ¿tendríamos alguna duda de lo enamorados y románticos que somos los mexicanos? Tanto que el LATIN POWER y los LATIN LOVERS son famosos por sus logros en todo el mundo. Acosados por las mujeres y ellas acosadas por los hombres del mundo entero.
Poetas y enamorados, trabajadores y esforzados, coquetos y leales, jugadores y dicharacheros; esa es una idea de lo que el mundo conoce de los mexicanos; la otra idea, la que los medios de comunicación y los enemigos de la patria quieren establecer en el pensamiento de todo el mundo es la de los mexicanos borrachos, machistas, importa_poco, desobligados, irresponsables, fodongos, apocados, etc.
Tan sólo veamos en Estados Unidos lo que el país pudiera hacer sin mexicanos, o lo que sucedería en muchos países sin la participación responsable, comprometida y de resultados que saltan a la vista, de mexicanos orgullosos de su raíz, de su patria, de sus héroes.
Estamos celebrando el 99 aniversario de una gesta que bañó en sangre, ideas, anhelos y deseos de justicia a todo el país; una gesta que cubrió de pesadumbre a la población entera pero que, paradójicamente, le dio esperanzas a un pueblo que se sintió hundido en la esclavitud y en el abandono.
Seguro estoy que ha sido un ejemplo mundial de cómo un pueblo puede arriesgarlo todo en aras de mejorar en todos los sentidos. Hagamos cada uno de nosotros lo necesario para imprimir en la mente de los mexicanos que están naciendo o que apenas comienzan a vivir el recuerdo de este sucedo histórico tan trascendental, buscando que siempre brille la luz de la esperanza en el corazón de los mexicanos y ¡Que viva México!
velasco_alvarez@yahoo.com