martes, 21 de julio de 2009

“El agonías” y “El acorazado Potemkin”
(Columna publicada en "El Periódico de Saltillo"
rocío arenas
Gerardo Alba Castillo, hoy convertido en subsecretario de Desarrollo Social en el Gobierno de la Gente, individuo sin arraigo y sin conocimiento de los problemas y mejor conocido, ---como ya lo dijimos---, en el bajo mundo magisterial-sindical como “el agonías”, posee la soberbia de los nuevos políticos…como los nuevos ricos que, a falta de clase y distinción, hace de la ostentación el mejor recurso para exaltar la vanidad. Ensoberbecido, pretendió su ingreso al CEN del SNTE mediante la lambisconería descarada hacia la profesora Elba Esther Gordillo, y extendió el rumor entre el medio magisterial que él era el favorito de la presidenta del SNTE, que era el “hijo que nunca tuvo”. Sin embargo, la corrupción con que llevo a cabo su gestión como mandamás de la Sección 35 del SNTE; la protección hacia sus incondicionales a pesar de las pruebas de la venta de plazas de las cuales tuvo conocimiento, la conformación del Comité Seccional a su “modo”, los dineros escamoteados (no me consta) pero no estaría mal que la maestra Elba Esther ordenara una auditoría al Fondo de Solidaridad Magisterial (FSM), ya que era un secreto a voces que utilizaba esos recursos para sufragar los gastos de su campaña para diputado federal hace tres años y en la cual le dieron hasta por debajo de la lengua y es que la gente lo repudia y lo repudió en el 2006, dicen que para muestra un botón y nada más hay que ver con la facilidad que ganó Miguel Riquelme el mismo distrito que “el agonías” quiso ganar y que el panista Carlos Bracho le tupió al tres por uno, todo eso y muchas cosas más que iremos comentando en próximas entregas, marcaron al “agonías” como uno de los personajes más odiados por Elba Esther, esto dio pie para que recibiera tremenda patada en el trasero y lo botaran del SNTE. Su frustración es tanta que “el agonías” como algunos de sus incondicionales, pasa gran parte de su tiempo adulando a los “de arriba”. Altanero como siempre, el “agonías”, a través de sus lamebotas pretende seguir mandando en la Sección 35, pretende envolverse en el esquema de los viejos cacicazgos enquistados en la Sección 35, verbigracia, Dagoberto Limones-Efraín Godínez. Porque en la Sección 35 es muy difícil conjuntar a los buenos administradores con los buenos políticos. Y el señor “agonías” no es ni una ni otra cosa: solo se muestra como un prepotente a quien la fuerza (?) del cargo lo ha desbordado a falta de formación y sensibilidad. Todo Saltillo se pregunta cuál fue la forma o componenda por la que llegó a ser nombrado subsecretario, usurpando el sitio a verdaderos saltillenses comprometidos con su Estado y con el Gobierno de la Gente? Bastaría hacer una encuesta --no inducida como tantas que conocemos--, para corroborar el altísimo grado de desprestigio del “agonías” no sólo calificado como inepto sino también merecedor de otros duros adjetivos que incluyen una gama de transas que realizó como líder de los profesores de la Laguna. Pero el “agonías” no se inmuta, porque dice y sabe que sus lambi$cone$ jamá$ lo echarán de cabeza sobre las corruptelas que cometió y cuyas consecuencias continúan arrastrando a muchos profesores en un mar de conjeturas. Ahora bien, amigos maestros, discutir sobre la inocencia o culpabilidad relativa del “agonías” o Blas Maldonado o cualquier otro ex secretario general de la Sección 35 es inútil porque desgraciadamente todos son culpables, sino por su propia corrupción, entonces por haber permitido la de sus amigos y familiares. En estos días cuando a raíz del nombramiento que hizo el gobierno de la gente al “agonías” y que el magisterio de la Laguna recuerda el mal manejo que hizo en la Sección 35, así como la ceguera simulada de todos los que vivieron esa etapa de terror sindical, viene a mi memoria una gran película considerada como una obra maestra: “El Acorazado Potemkin”, del realizador ruso Sergei Eisenstein y en la cual hay una escena inolvidable donde el doctor del barco examina la carne podrida que es la causa del motín de los marineros. Usando sus lentes como una potente lupa de esas que venden en los cruceros, agranda la gordura de los gusanos en la carne y hace resaltar sus movimientos repugnantes. Después de una inspección minuciosa declara contundentemente: “no veo nada”. En ese momento, el director del filme captura para siempre una mezcla de complicidad, de indiferencia, de sumisión, de inhumanidad y de cobardía. La película de Eisenstein obviamente refiere específicamente un evento en la Rusia de principios del siglo pasado, pero como todo arte duradero tiene vigencia sin límites de lugar y época, creo que todos los que vimos la película pensamos en ella con gran frecuencia en el México de hoy cuando vemos al presidente, a los senadores y diputados, a los gobernadores, a los funcionarios todos, utilizando la lupa del doctor pero, como él, no viendo nada. No nos basta oír repetir hasta el cansancio que no hay impunidad, nadie por encima de la ley, caiga quien caiga, todo el peso de la ley para los bandidos, los delincuentes estarán en la cárcel o fuera del estado, si no pueden renuncien, creo que ya es tiempo y necesitamos verlo, y verlo con los ojos claros del pueblo común, no a través de las cataratas de los ojos de las autoridades. Desgraciadamente hasta ahora nada ha cambiado. Con un cinismo que no convence a nadie, el “agonías “, trata de deslindarse de los actos y atentados del pasado y convencer, no se a quién, de que es un blanco cordero, de los corderos hablaremos después. rociarenas17@hotmail.com


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