Para beneficio de unos cuantos, Peña Nieto cancela subsidios a la luz, gasolina y gas
Augusto Hugo Peña D.
Peña Nieto reformó las leyes PARA QUITAR los “subsidios” al gas, la luz
y la gasolina; todo ello para favorecer a unos cuantos y en detrimento de las
mayorías. ¿No sería bueno que dejásemos de subsidiar a la clase política que
goza de grandes sueldos y de jugosas dietas y prestaciones? *Este gobierno con estas reformas va a empobrecer a las clases medias y
podrá controlar a las masas empobrecidas
El gobierno federal, el PRI y el
PAN vuelven a engañar al pueblo; dicen que terminarán los subsidios del gas, la
gasolina y la luz y que sólo en casos “focalizados” se otorgarán. ¿No sería
mejor y más conveniente que el pueblo dejara de subsidiar a estos ineptos y
corruptos políticos? No pueden aquellos ser considerados como subsidios porque
se le cobren a un precio más cómodo al pueblo, ¿acaso no es el pueblo el dueño
de esos energéticos? Constitucionalmente sí lo es, pero en la praxis los dueños
del país son la oligarquía, los políticos y los funcionarios públicos ineptos,
los que de hecho son a quienes el erario subsidia con altos sueldos y más hartas
prestaciones. Creo que el gobierno de Peña Nieto acabará desbarrancando la
economía ya no solo de los pobres sino la de las clases medias. Quienes nos
gobiernan son unos canallas.
Peña Nieto ha demostrado en estos
19 meses, en que “ha gobernado,” que carece de planes para sacar adelante al
país: se interesa únicamente –además de pasearse y “lucirse”- en llevar a cabo
las reformas, impuestas a base de componendas entre PRI y PAN, los que entre
ambos no se hace uno como partido político, pero sí se han conformado en una
formidable banda de explotadores y violadores de nuestra Constitución. El
Priísta David Penchyna, el panista Jorge Luis Preciado, Pedro Joaquín Coldwell,
secretario de energía y el propio presidente dijeron que los precios bajarían
para el consumidor; posteriormente dijeron que subirían hasta el 2015 para homologarlos
a los precios de EEUU, y hoy en el 2014 ya rebasaron los precios en México a
los de Estados Unidos y además ahora salen con el cuento que hasta el 2018
seguirían las alzas de esos precios, las que de por sí tanto afectan a la clase
pobre y a las clases medias.
Al quitar los subsidios, lo que
se hace es beneficiar a las empresas privadas que son las que generan la
electricidad y a las empresas trasnacionales que nos venden la gasolina y el
gas. En fin, todo lo que está haciendo este nefando gobierno es complicarnos la
vida, al igual que lo hacen la Cámara de Diputados y la de Senadores, recintos
legislativos que se han convertido en antros de expolio de los mexicanos y de
los bienes nacionales.
Eliminar los subsidios, dice el
gobierno, será para beneficiar a las clases más marginadas en zonas rurales y
urbanas. ¡Falso!... lo que hacen es mantener ese “privilegio” a los marginados
rurales y citadinos para mantenerlos bajo control, clases que tendrán que
recurrir a sus líderes de barrio o ejido, para que les “tramiten” el “subsidio”:
el pobre y el marginado social estarán cerca de los círculos del poder, serán
controlados, no beneficiados, y de esta forma pervertida y torcida los podrán
seguir manipulando para los intereses electoreros de dichos partidos y, de
paso, empobrecer a las clases medias para su control del sufragio, insisto, y
también con los precios, a la alza, favorecer a las empresas trasnacionales y
nacionales que serán quienes generen y distribuyan la energía.
Que no nos quepa duda, la
cancelación de los subsidios y las reformas constitucionales –todas ellas
violatorias de nuestra Carta Magna- les permitirán continuar en el poder por
tiempo indefinido, no para beneficiar al pueblo y sí para que el control de las
mayorías, los pobres y la clase media baja, esté bajo el dominio de la clase
política, de tal suerte que las prebendas serán para unos cuantos y ello, en
detrimento del bolsillo de las mayorías. Como esta caterva de malandrines tiene
el control del país y de quienes habitamos en él, lo único que podemos hacer es
mantenernos en la inconformidad, sabedores que lo que tenemos no es un gobierno
justo y apto, y sí una gerencia administrativa corrupta. O, ¿usted qué opina,
apreciable lector?
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