viernes, 11 de julio de 2014

Café Político



Café Político
Ramón Betancourt
NO SE VALE
El pasado jueves 19 de junio a eso de las 7 de la tarde el Presidente del Tribunal de Justicia Municipal de Torreón, abogado Jesús –Chuy-- Jasso Fraire (en la foto) conducía una patrulla de Peritos, la número 03. Al llegar a la calle Comonfort y Bulevar Revolución, por falta de pericia y debido al exceso de velocidad, Jasso chocó contra una camioneta del año; una camioneta “cerrada” modelo 2014 que conducía una sexagenaria de 64 años de
apellido Núñez de Talamantes. Cabe destacar que en lugar de que el titular del Tribunal de Justicia Municipal auxiliara a la dama de la tercera edad, el funcionario municipal se dio a la fuga; huyó del lugar del percance dejando abandonada a su víctima.

 JEFE DE JEFES
El caso es que la señora Núñez de Talamantes no se asustó y menos se intimidó, sino por el contrario, magullada y aporreada como pudo siguió y dio alcance a Chuy quien al bajar de la patrulla 03 se identificó como el Jefe de jefes de todos los peritos de tránsito y vialidad de esta ciudad, así como de los jueces municipales para asuntos viales de Torreón. Para ello, Jasso le dio su tarjeta de presentación a la víctima. Palabras más, palabras menos Chuy le dijo: “Señora no se preocupe. Lleve su camioneta a la agencia y una vez que laarregle acuda a mi oficina para hacerle el pago”.

VUELTAS Y VUELTAS
La señora Núñez de Talamantes se tranquilizó. Creyendo que todavía hay gente buena en este mundo, se fue serena y al día siguiente metió su camioneta 2014 a la agencia. El costo de la reparación fue de 8 mil pesos. El caso es que una vez que la víctima fue a cobrar a Tribunales de Justicia Municipal (en la foto), el responsable –Chuy Jasso-- no la recibió en varias ocasiones, trayéndola con vueltas y vueltas, y más vueltas. La sexagenaria al ver que había sido burlada por el responsable de procurar justicia –vaya paradoja--, decidió echarle un telefonazo al alcalde Miguel Rikelme que en
esos días andaba de viaje de trabajo por Asia (Japón, Taiwan y Corea). Al
parecer la víctima no pudo hacer contacto con el alcalde a través del celular,
sino a través de las redes sociales de Internet.

 OCHO MIL PESILLOS
Don Miguel le recomendó a la señora Núñez de Talamantes que acudiera con Vianeth Reyes (su secretaria particular) para exponerle el caso, cosa que no quiso la sexagenaria ya que le dijo al alcalde que mejor lo esperaba a que regresara a la ciudad. Una vez llegado a Torreón, el alcalde instruyó a su Secretario del Ayuntamiento, Jorge Luis Morán, para que le dijera al Jefe de jefes del Tribunal de Justicia Municipal que le pagara los 8 mil pesos a la afectada.

EL HOY “OCCISO”
Jasso Fraire se hizo el “occiso” –mando por un tubo a Morán-- y le dijo a la señora Núñez de Talamantes que le hiciera como quisiera que al cabo él era el responsable de impartir justicia. Al ver que Jasso a nadie le hacía caso, la sexagenaria contrato a una abogada (echó dinero bueno al malo) de apellido Castellanos Bolado, quien interpuso una denuncia de daños ante la
Procuraduría de Justicia del Estado de Coahuila. No sabemos si Jasso Fraire
haya hablado con el titular de la PJEC, Gerardo Márquez (su antecesor) para
pedirle que hiciera perdidizo el expediente que al cabo, Chuy se ha de sentir
con más poder que sus superiores inmediatos.

AL FIN… PAGÓ ANTIER
De este caso –grave, muy grave por ser un funcionario
público el responsable-- de presunta prevaricación de justicia y de influyentismo tiene conocimiento también el gobernador Rubén Moreira. Y lo que son las cosas, a Chuy Jasso no parece importarle, ni inmutarle en lo más mínimo. 

Quizá porque él únicamente reconoce como su jefazo al diputado Salomón Juan Marcos y a su hijo Toño. Por cierto, de última hora nos aseguran que antier miércoles Jasso --por fin-- regateó y pagó 7 mil pesos (de 8 mil) a la señora Núñez de Talamantes que de esta forma dio por terminada esta arbitraria, indigna y despótica aventura en el otoño de su vida; cuando cualquier hombre de buena voluntad, debiera dispensar todo apoyo, respeto y consideración a las personas de la tercera edad. Y más cuando cometen un delito del orden penal, como el de daños. En fin.

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