Mi Columna
Ni en Coahuila saben
Por
Carlos Robles Nava
¿Cuántos
maestros de educación básica en escuelas públicas oficiales, tiene Coahuila?
La
Secretaría Estatal de Educación, no sabe, al menos fue lo que oficialmente
declaró a un reportero de Agencia SIP, el titular de esa dependencia, José
María Fraustro Siller.
Tampoco se
conoce oficialmente, cuántos comisionados hay o había, esto último dando por
cierta la afirmación hecha por este mismo funcionario en el sentido de que
“hubo, pero ya no hay aquí en el Estado”.
Aunque para
consuelo de las autoridades educativas coahuilenses, tampoco supo responder esa
misma pregunta, el Secretario de Educación de todo México, Emilio Chuayffet,
siendo honesto con él mismo en entrevista ayer miércoles con el periodista
Carlos Loret de Mola, que ignoraba ese dato porque no existe un informe oficial
y exacto, estimando con las respectivas reservas que aproximadamente en México
trabaja o al menos se les pagan sueldo a aproximadamente un millón 600 mil
profesores, pero no aseguró nada, defendiéndose con “mira, es lo que yo creo”.
Por otra
parte, Chuayfett, también dio una cifra estimada por él, pero aclarando que en
realidad no se sabe con precisión, que había “al parecer” unos 80 mil maestros
“comisionados”.
Así de grave
son muchos de los privilegios que tiene el Sindicato Nacional de Trabajadores
de la Educación en todas sus delegaciones y secciones estatales, como la misma
conflictiva y “porrista” Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación,
que manipulan y disfrutan por sus grandes y magníficas canonjías de las
“conquistas” sindicales gracias a las revisiones de los contratos colectivos de
trabajo, sus líderes Juan José Ortega y Rubén Núñez.
Durante
decenas de años, lo mismo a los gobiernos federales priistas que panistas que
ha tenido México, les ha pasado por las nubes el control de la planta oficial
magisterial supuestamente “activa”, al igual que los llamados “comisionados”,
ya que eternamente fue el S.N.T.E y la Coordinadora quienes hicieron la
contratación directa de los mentores, facultad que dejarán de tener a partir de
estos cambios en la Ley Federal de Educación.
Lo absurdo y
aberrante de la situación es el hecho de que el dinero de la nómina de los
“profetas” se paga con los impuestos de todos los mexicanos, siendo el colmo de
no saber a cuántos y menos a quienes se les paga como maestro y si realmente
siguen vivos y cumpliendo con sus labores.
Este año,
según Chuayfett, el Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía, INEGI, hará
un censo nacional para saber cuántos maestros de educación básica de centros
educativos gubernamentales hay en todo México y, por otra parte, se sabrá el
número de “comisionados”.
Por cierto,
para estos últimos, se acabaron las hojuelas de miel, pues conforme a la
reforma educativa, ya que los comisionados deberán solo recibir un sueldo, es
decir, si ocupan un puesto de elección popular desde regidor, sindico, alcalde,
diputado local, federal, senador o Presidente de la República, según sea el
caso, deberá vivir del salario que le sea asignado por dedicarse a funciones
públicas o legislativas, sucediendo igual con aquellos maestros que sean
“comisionados” como asistentes, secretarios privados, choferes, etc., de algún
político o funcionario gubernamental en general.
Los tan
mencionados “comisionados”, al menos hasta que entren en vigor las leyes
secundarias de la reforma educativa, podrán disfrutar indebidamente de esas
prebendas, debiéndose entender ahora el porqué hay quienes compran y se quitan
la camisa por obtener una plaza magisterial sindicalizada.
Según el
Secretario de Educación en México, todo esto se acabará y el maestro será para
estar en las aulas preparando a las nuevas y futuras generaciones de mexicanos.
El trabajo
que realice el INEGI dará cuenta de si existen o ya fallecieron algunos de los
“comisionados” y que sigan cobrando parientes cercanos a quienes se les
extendieron cartas poder notariadas, así como saber cuántos de los que dizque
“activos” están en las aulas.
El censo del
citado Instituto será también para conocer el número de escuelas que hay en el
país, dato que tampoco tiene en sus archivos la SEP nacional, condiciones de
los planteles y necesidades de cada aula o salón.
Tal parece,
al menos por ahora, que hay buenas intenciones de enderezar el buque “SNTE” y
su “satélite” llamada Coordinadora, que tanto dinero han costado a México y
seguimos figurando demasiado abajo de la tabla media mundial en
educación.(www.intersip.org
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