Profesor Evaristo Velasco Álvarez
Porque quien exige sin fundamentación completa está medio diciendo la verdad, pero medio diciendo la mentira, y por ello no puede reconocerse como cierto lo que se expresa. Con palabras necias y sin una fundamentación total podemos encontrarnos por miles a los locos, a los orates que deambulan en las plazas públicas gritando su verdad.
En la Alemania nazi, en altavoces y a través de la radio, los de inteligencia pregonaban que Alemania iba ganando la guerra y que los aliados, poco a poco iban cediendo terreno; por eso, al llegar los aliados a Berlín y bombardear esta hermosa ciudad, el pueblo no podía creerlo. Habían repetido tantas veces la mentira, que para ellos era una realidad.
Así pretenden hacerlo los que creen que ganaron y atribuyen su fracaso a “irregularidades que cometieron los demás”, sin aceptar que el pueblo no los quiere, y pretenden exigir lo que no les otorgó el voto ciudadano, con acciones que les presenta de cuerpo entero, acciones que afectan al mismo pueblo al que pretenden convencer.
La primera y mejor oportunidad que tuvieron fue la contienda electoral de 1988, cuando el Ing. Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano contendió para presidente de la república y que perdió por pocos votos. Pero desde entonces, los grupos de la izquierda (que no todos, porque existen sus honrosas excepciones), han venido realizando actividades deleznables, como: plantones, marchas interminables, concentraciones (en ocasiones multitudinarias), etc.
Y cada vez que han competido, el pueblo los ha colocado en su lugar, que no es el primero, y les ha concedido espacios para que expresen su verdad en la tribuna, pero no han logrado el triunfo; y así, Andrés Manuel López Obrador, en un manipuleo de quienes militan en la izquierda, ha venido presentándonos sus sin razones por las que él debe gobernar; y el pueblo diciéndole que no con el voto.
¿Qué será muy difícil entender que el pueblo tiene derecho de escoger, y ya escogió? Que no sea la necedad la que caracterice a los mexicanos, puesto que nos puede llevar a la estupidez. Mejor es que reconozcamos nuestros alcances, nuestras limitaciones; y comprendamos que el pueblo tiene siempre la razón. Si así lo hacemos, seguramente veremos ¡Que viva México!
velasco_alvarez@yahoo.com
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