La medalla Belisario Domínguez muestra el
deterioro del gobierno peñista
Augusto Hugo Peña D.
La
entrega de la Medalla de Honor Belisario Domínguez a quien no la merece,
devalúa al gobierno porque es una burla hasta el escarnio contra los más caros
sentimientos del pueblo y nuestra nación. La afrenta a la patria y a los
mexicanos solo tiene un nombre: ¡Desmesura!
No vamos a
hablar de a quien se le otorgó la Medalla de Honor Belisario Domínguez el
jueves 12 de noviembre del 2015 en el senado de la república sino del gobierno
que contraviniendo todas las formas de mesura, decencia y equidad le otorgó
dicha presea a quien es uno de los peores mexicanos de la actualidad según mi
apreciación, y quien por ende no es merecedor de esa distinción como mexicano
ejemplar por la simple razón que no lo es más que en el ámbito de la riqueza
que posee él e innumerables barones del dinero que junto con el gobierno
componen un binomio harto en desmesura, falta de patriotismo y corrupción. Muchos
han sido durante tres años de gobierno los desatinos de Peña Nieto y sus
cómplices de ambas cámaras y del poder judicial; muchos son en efecto, pero
este de la entrega de la medalla de honor Belisario Domínguez, inmerecidamente
de suyo a quien se ha distinguido por dos cosas especialmente; hacerse
multimillonario a costa de componendas para adquirir –comprados- favores de
este y otros gobiernos anteriores, y porque es junto a Germán Larrea Mota-Velazco,
los mexicanos que más han contribuido al envenenamiento del medio ambiente,
tanto en suelo como en aire y agua, y que por ello, muchas regiones de la
república incluyendo la comarca lagunera se han visto infestadas de sustancias
tóxicas en sus pulmones, sangre y cerebro, esas son las únicas gracias del
galardonado, de quien reitero, es uno de los peores mexicanos de la actualidad.
Él y su familia acudieron a la casona de Xicoténcatl –anterior sede del senado-
para burlarse del pueblo y para pitorrearse de la presea que por décadas anualmente,
el senado debe otorgar a mexicanos que se distingan por haber hecho bienes
notables a México o al mundo, cosa que el galardonado no ha hecho jamás por
México ni por la humanidad. Dos cosas notables acontecieron durante tal evento:
Una.- Que menos de la mitad de los senadores acudieron, seguramente porque no
desearon ser cómplices de tal desatino, y otra.- Porque antes de empezar la
ceremonia vergonzante, una senadora le entregó en mano a Peña Nieto un libro sobre
las investigaciones que sobre la adquisición de La Casa Blanca de las Lomas de
Chapultepec, -que de forma opaca y sinvergüenza, adquirieron el propio
presidente y su esposa-hicieron un grupo de periodistas, quienes por ello
fueron despedidos injustificadamente de sus trabajos. El premiado
inmerecidamente con dicha medalla de honor subió al estrado del senado para
recetarnos un discurso tan o más falso que él y el presidente Peña Nieto; dijo
entre otras cosas que dicha presea era un reconocimiento a los empresarios,
entonces, ¿por qué él es quien la recibe?... ¿Acaso porque tiene 18,900
millones de dólares de capital o porque es dueño del Palacio de Hierro, las
tiendas más lujosas de México, o porque posee una enorme empresa de seguros y
varias ganaderías de ganado bravo, o bien porque recientemente se le han
otorgado permisos anticonstitucionales para erigir empresas generadoras de luz
y explotadoras de petróleo? La cuestión no es un asunto simple y fácil de
digerir por los mexicanos porque lo único que nos demuestra es que Peña Nieto
gobierna para los oligarcas y los plutócratas, enseñándonos con ello que este
gobierno es la quinta esencia de una kakistocracia –el gobierno de los peores-
y que por lo mismo se ha tomado a la brava el derecho de galardonar a uno de
los suyos, de los peores, y en este momento tan delicado por lo que nuestra
patria navega entre la pobreza de más de la mitad de los connacionales que
deambulan en el filo del hambre, precisamente porque hay ya muchos hombres como
el galardonado. O, ¿usted qué opina, apreciable lector?
Email: ah.pd@hotmail.com
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