jueves, 15 de octubre de 2009

RENCORES, RESABIOS Y ODIOS.
Profr. Evaristo Velasco Álvarez

El ajetreo de la vida actual es de suyo una carga pesada en el cabal desarrollo de nuestros sentidos. De hecho podemos decir que los peores momentos de estrés y malestar general en el diario vivir se deben principalmente a los RENCORES, a los RESABIOS, y a los ODIOS, los que se desarrollaron en nuestras vidas, posiblemente por informaciones equivocadas.
De los RENCORES, de los RESABIOS y de los ODIOS más adentrados en el pensamiento del mexicano común, sin lugar a dudas, lo constituyen el resultante de ancestrales circunstancias, enmarcadas todas en el descubrimiento o no de las Américas, por quién se dice que lo hizo. Y digo “o no”, porque hay quienes aseguran que los españoles, a cuyo mando venía el navegante genovés Cristóbal Colón, no fueron los primero europeos en venir a este continente.
Bueno, los españoles que viven en América y más concretamente en México, ni son Colón, ni son los soldados españoles enfermos, sucios; ni los que no estaban acostumbrados al baño diario; ni los que trajeron sífilis, cólera, peste bubónica, gonorrea, sarampión, tos ferina, peste, rubiola, viruela, viruela negra, etc.
Tampoco son los que trajeron el cerdo, el caballo, las reses, la guitarra, el piano, el violín y otros instrumentos musicales; y mucho menos los que impusieron a la fuerza una religión que puede o no ser la mejor. Tampoco son los que esclavizaron a los indígenas americanos; los que violaron a las mujeres indígenas, las que se robaron las tierras de los indígenas ni los que se hicieron dueños de vidas y haciendas.
Siempre me ha parecido idiota, contraproducente y retardatario el ODIO y el RENCOR que se nos inculcó por nuestros padres, y a ellos por los suyos, contra un pueblo que dista mucho de ser el que fue; a un pueblo en el que sus ciudadanos son honestos y horados y trabajadores y respetuosos.
Por otro lado, ni tú, ni yo, ni ninguno de los que habitamos estas ciudades mexicanas o americanas; y casi ninguno de los que están integrados en las comunidades rurales donde el español es el idioma que se habla cotidianamente, somos los mismos y mucho menos los indígenas que fueron despojados por la fuerza y con lujo de violencia por quienes se sentían ungidos con derechos divinos, y superiores por motivos de color de piel.
Nosotros mismos tal vez seamos más sanguinarios, ultrajantes y deshonestos con nuestros aborígenes, al no tratarlos con afecto, con respeto y con decencia; actuamos más abrasantes y destructores que aquellos a quienes criticamos y odiamos sin tener razón.
¡Ya basta de odios, rencores y resabios! ¡Ya es tiempo de que entendamos que sólo unidos podemos salir airosos de los problemas que la vida moderna nos presenta! ¡Ya es tiempo que entendamos que los únicos méritos que debemos respetar y vitorear en los humanos, son los que resulten del trabajo, del logro de metas, de la dedicación al progreso! ¡Es tiempo de que México florezca en la ayuda mutua y en la fraternidad; destruyamos los ríos de rencor y construyamos puentes de amor, de fraternidad y de ayuda mutua! ¡Qué viva México!
velasco_alvarez@yahoo.com

No hay comentarios: