Café Político
Ramón Betancourt
LALOUna vez que terminó su período constitucional por el que fue electo como alcalde de Torreón, Eduardo Olmos agarró sus chivas y se fue a dar una vuelta por varios países asiáticos, pero sobre todo a la antigua URSS ya que nos dicen, estuvo en la fría región del Báltico (en los países Estonia, Lituania y Letonia), en dónde le dio una vuelta a una página más de su vida --gobierno municipal-- que dicho sea de paso ha sido considerado, por muchos, como un gobierno turbulento y proceloso, solo rebasado por el del panista José Ángel Pérez Hernández. Bien, hace unas semanas don Lalo arribó a tierras laguneras desempacado de la bella y grandiosa Manhattan, ya que actualmente el exedil vive en el departamento de su hijo en Nueva York.
MIGUEL
Una vez en Torreón Lalo de inmediato se comunicó con algunos de sus colaboradores más cercanos. A varios de ellos les dijo que era necesario reunirse ya que varios de ellos no habían sido invitados a sumarse a la nueva nómina municipal. O sea, varios se quedaron sin hueso en el nuevo, enérgico y pujante gobierno municipal de Miguel Rikelme. Gente como Francisco “Paco” López (Coproder), Olga Márquez (Dirección General de Servicios Administrativos), Benjamín Noyola (Subsecretario del Ayuntamiento), Carlos Garza (Dirección de Tránsito y Vialidad), Alejandro Gidi (Secretario Técnico de la Presidencia), Ignacio Sánchez Dueñas (Subdirector de Catastro), Arturo Rangel (Síndico de mayoría, aunque hoy es dirigente del MT municipal del PRI, que es muy diferente), Arturo Lozano (Director General de Ordenamiento Territorial y Urbanismo, compadrazo de Lalo), entre otros que de repente se me vienen a la mente.
XAVIER
Todos ellos hoy en día forman parte del “ejército de reserva” ya que están desempleados, y deveras, la lucha por la vida cada vez se hace más dura y difícil,
sobre todo cuando la “chuleta” está muy cara. Cabe destacar que todos estos banqueados no forman parte del equipo del alcalde. Gente cercana a Don Miguel
son, estos sí Xavier Herrera (Simas, en la foto), Guillermo Covarrubias (DIF),
Jorge Luis Morán (Secretaría del Ayuntamiento), David Fernández (Servicios
Públicos Municipales), Mario Cepeda (Sedesol Municipal) entre otros. Ahora
bien, la mayoría de estos no destacaron y engrandecieron su labor en el
cuatrienio pasado debido a que tuvieron las manos atadas por falta de apoyo
económico para que realizaran, de forma plausible, su trabajo. Hoy la
situación es diferente ya que con todo el apoyo del alcalde, los funcionarios
han desplegado un intenso trabajo, sobre todo en el marco del Programa de
los 100 Días.
MOTA
Ahora bien, si don Miguel no les ha abierto la puerta a los banqueados antes
señalados (algunos de ellos fueron buenos funcionarios), es porque ha marcado
una sana distancia con Olmos Castro, que por cierto, una sola vez vio a “su gente” y les dijo: “yo los busco” (disque para arreglares su asunto), y como por arte de magia, Lalo desapareció del escenario y no les volvió a llamar. En este caso, Rikelme prefirió apoyar al grupo político de Salomón Juan Marcos e hijo Toño, que a Olmos. Los ejemplos son claros y contundentes: Enrique Mota (Tesorero, en la foto), Jaime Russek (Dirección General de Fomento Económico y Turismo), Jesús Jasso (Tribunales de Justicia Municipal), Leticia Castaños (regidora y candidata a una diputación local), entre otros identificados como gente cercana --cien por ciento-- a Toño y a su padre.
TOÑO
De esta forma, los establos políticos de Rikelme y los Juan Marcos están bateando de hit, bien aceitados en un solo objetivo: mejorar las condiciones de vida de los torreonenses. Y deveras que no lo han hecho mal. Quizá el haber integrado a los banqueados y desempleados del grupo de Lalo hubiera convertido a una presidencia municipal casi al 100 por ciento de los mismos que iniciaron y terminaron en el aciago
gobierno pasado. Por eso Rikelme pintó su raya y marcó la sana distancia. Y eso es bueno.
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