El festejo de origen celta que se arraigó en Estados Unidos de la mano de la globalización cada año convoca a más adeptos.
Los orígenes de la fiesta de Halloween se remontan a los antiguos celtas, cuando el 31 de octubre los espíritus de los muertos abandonaban los enterratorios para apoderarse de los cuerpos de los vivos y así resucitar. Ante esa amenaza los celtas vestían sus casas con objetos de desagradable apariencia, como huesos y calaveras, para ahuyentar a las ánimas.
Al conquistar los territorios celtas el imperio romano esas historias se fundieron con las festividades de Pomona (diosa romana de los árboles frutales) que se celebraban en la misma época y el resultante fue un sincretismo pagano-religioso que la Iglesia católica anuló y dio origen a la efeméride de Todos los Santos, con fecha el 1 de noviembre. En Inglaterra este día se conoció como All Hallows' Day, según la traducción literal y se convirtió en una celebración muy popular por lo que la gente acostumbró a festejar también la noche anterior, o sea All Hallows' Eve (víspera de Todos los Santos). De allí surge la palabra halloween para indicar la víspera del Día de los Santos.Este festejo fue introducido en Estados Unidos a mediados del siglo 19 por los inmigrantes europeos que luego por el desarrollo comercial, el cine y la globalización, se encargaron de difundir en muchos países occidentales. En muchos países, los jóvenes también aprovechan la oportunidad para organizar fiestas de disfraces alusivas.